Las fiestas navideñas han llegado a su fin, las reuniones familiares, los regalos y sobre todo las grandes comilonas y las eternas sobremesas. ¿Y ahora que? nuestros cuerpos han sufrido una dura prueba, seguramente habremos cogido algún que otro quilo, yo por los menos sí, la sensación de hinchazón o de empacho irá desapareciendo, pero podemos ayudar a nuestro cuerpo sin hacer demasiadas renuncias.
¿Cómo podemos hacerlo? Pues bien, hace unos días, escuchando a una de mis dietistas preferidas, daba los siguientes consejos que, a mi parecer, no son excesivamente restrictivos y sí muy razonables. Su consejo es que durante un par de semanas no bebáis nada de alcohol, no nos moriremos por dos semanas. Intentad comer todos los productos frescos y de proximidad. Evitad las comidas precocinadas, en resumen, todo aquello que venga dentro de un envase. Os sorprenderéis de la cantidad de cosas que compramos que vienen en paquetes, bolsas o tetra briks (no hablo de la leche, ni de los yogures, claro). Como siempre, procurad hacer una dieta equilibrada incluyendo en estos días mucha fruta y verdura frescas en todas las comidas principales, de 8 a 12 vasos de agua al día (1,5 a 2 litros) y ejercicio, ya sabéis: andar, correr, ir al gimnasio, bailar, el que más os guste.
Si esto no os parece suficiente, también podéis preparar un caldo casero que os ayude a limpiar vuestro hígado. Necesitaréis apio, cebolla y alcachofa. Hervir estos tres ingredientes durante un buen rato, nos interesa que el máximo de nutrientes quede en el agua, ¡ah, y nada de sal!, podéis añadir un poco de pimienta. Una vez hecho, tomad una taza, caliente o fría, antes de las comidas principales.